Estar enamorado no se parece ni al clima ni a la bolsa, temas
que vienen cambiando, y de qué manera, desde hace unas décadas; estar enamorado sigue vigente en la segunda década del siglo XXI, es un tema de lo más democrático
del mundo, y eso que las modas y los usos han impuesto sus cambios generación
tras generación, pero, mírese por donde se mire, en plena era digital usted y yo nos
seguimos enamorando.
Pasa lo que pasa por el barro del que estamos hechos, porque
nos sucede lo que a Adán, allá por los primeros capítulos del Génesis, que una
tarde cualquiera descubre que no es bueno estar solo, y hasta el mismo Dios interviene,
y trata de poner remedio al asunto, y tras hacer un inventario de las demás
criaturas del paraíso, decide finalmente crear una verdadera compañera al
muchacho, carne de la carne y hueso de los huesos del atribulado joven del Edén
bíblico.